El juego de las chapas ha sido uno de los más populares y arraigados en nuestra infancia, la de los adultos. En nuestro cole, recuperamos este juego en clase de Educación Física, con unos resultados muy positivos.
En primer lugar, los juegos populares y tradicionales son tan enriquecedores por su gran valor tanto educativo como cultural. Se pretende mostrar al alumnado las grandes posibilidades que les brinda el juego como medio de relación y disfrute, además de despertar en ello el interés por conocer estos juegos como parte de nuestro patrimonio.
En segundo lugar, jugar a las chapas estimula la coordinación óculo-manual y la psicomotricidad, ayuda a respetar las reglas (se juega por turnos) y a desarrollar la creatividad, imaginación y la memoria, además, al jugarse en equipos refuerza las relaciones sociales entre los niños.
Y, en tercer lugar, hemos
de destacar su idoneidad ante la difícil situación en la que nos encontramos
frente a la COVID 19, por tratarse de una actividad física de baja intensidad
en la que el uso de mascarillas es totalmente compatible, al permitir mantener
la distancia de seguridad y al practicarse al aire libre. De hecho, para mayor
seguridad se ha adaptado el material personalizando nuestra propia chapa,
utilizando un tapón de leche cada alumno/a, evitando así compartir material.
Durante la unidad
didáctica los alumnos/ as han conocido y practicado a lo largo de distintas
sesiones numerosos juegos de chapas como: en raya, en círculo, la tanga, tiro a
portería, la saca, ciclismo-chapa (circuitos) y juegos de puntería (tiro al
monstruo, la diana, la copa, cada oveja con su... y fútbol-chapa).
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